CRUZAGRAMAS: un grupo de escritores en busca de alternativas

miércoles, 26 de noviembre de 2008

REJAS ALREDEDOR

Oscuridad. Se durmieron las risas y la música. Los asientos se vaciaron de padres.
Una vuelta más mami. El viento hace remolinos con las hojas. Restos de pochoclos y maníes nos cuentan esa tarde. Ahora, al coche de bomberos. Pasitos cortos arremeten sin pedir permiso. Corren, trepan, se caen y se levantan. Me subo al caballito gris. Manejan un barco o un chanchito. Cantan. Desafinan. Sueñan ¡Me saqué la sortija! Son jinetes, capitanes o choferes ¡Gané una vuelta más!
A lo lejos, las bicicletas dejaron sus huellas en el barro. Las hamacas siguen meciéndose sobre la arena. Los perros ladran y la basura se acumula a los pies de los árboles.
¿Juntamos el pasto para los camellos? Toboganes y sube y baja se toman de la mano para esperar inocentemente otra noche más de Reyes.
Y alrededor, las rejas…
Las rejas nos separan, nos muestran que hay dos mundos. Afuera, nosotros. Adentro, tu niñez y la mía, aunque ahora la sortija está colgada y la calesita ya no gira.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

TRAS OTRA PUERTA

Encontraré un jardín y mariposas. Los cuentos que algún día escribí. Fotos y papeles arrugados. Cenas compartidas con amigos. Alguna tarde de fútbol en Balvanera.
Mamaderas. Tortas con velitas. Canciones que inventé para arrullarte. Besos y caricias.
Milanesas. Juegos a la mancha y escondidas. Risas, ladridos y rezongos.
Primero una niña. Con el tiempo, una madre. Galletitas con dulce en la merienda.
Un guardapolvo blanco de acrocel y otro almidonado.
Escapadas al cine de sábados a la tarde. Días de circo. Tu sonrisa.
Balbuceos, pañales. Mi paciencia y ganas de entenderte.
Tus manitos, tus primeros pasos.
Una plaza: hamacas, tobogán y bicicleta.
Una familia. Tu guitarra y tu primera novia.
Quiero abrir esa puerta y no puedo, el tiempo desde adentro la cerró con llave.
Por suerte quedó una hendija por la que puedo espiar de vez en cuando.

domingo, 2 de noviembre de 2008

TRAS LA PUERTA

Tras la puerta está escondida tu sonrisa. También tus ojos verdes cristalinos.
Las palabras de amor y los caprichos. Los susurros de algún día a la mañana.
Los abrazos y las broncas contenidas. Las rosas que tiré a la basura y las fotos que rompiste en mi cara.
Está una tarde en la montaña cabalgando.
Las caricias, tus hoyuelos y los pies haciéndose cosquillas.
Está el tiempo y la distancia. La rutina y los olvidos.
Hay arena y caracoles. Médanos.
No puedo abrir la puerta. Demasiada arena la tapona.